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[La religión helénica]

[texto manuscrito]

Antonio Mora


I. Introducción

II. Teoría del paganismo

III. El Mal cristiano

IV. El Renacimiento Pagano – Caeiro

V. Conclusión


II. (a) Cada nación tiene un tipo de mentalidad.

(b) La religión fija y revela ese tipo de mentalidad.

(c) Toda religión es tres cosas: (1) una teoría de la realidad, (2) una teoría de valores abstractos de esa teoría de la realidad; (3) una teoría de la socialidad (valores concretos).

(1) El hombre en contacto con lo Exterior,

[…]

(3) el hombre en contacto con los otros hombres.

La religión es, en el fondo, una teoría de las relaciones: de las relaciones abstractas entre las cosas (teoría de la realidad), teoría de las cosas consideradas como no producto nuestro; de las relaciones del hombre con las cosas (teoría de la impresión que las cosas le causan, teoría de los valores humanos de las cosas en general, teoría extra-humana o abstracta de los valores); de las relaciones de los hombres entre sí.

El objetivista, como considera las cosas desde el punto de vista puramente exterior, es politeísta, puesto que, considerando desde el punto de vista exterior, las cosas son, antes que nada, plurales; como se considera a sí mismo exterior, es naturalista, esto es, se considera integrado en ese sistema de cosas y no pudiendo […]; y, como una atención prolongada a las cosas desenvuelve la regularidad de su manifestación […] es determinista y fatalista.


II

La frase donde expreso que es Caeiro el reconstructor del paganismo me obliga a que haga más extenso este prefacio, dado que la frase es incomprensible sin un esclarecimiento previo de lo que sea el paganismo. Tantas son las ideas sobre la materia y con tal igualdad erróneas, que no está de más, aunque este estudio se fuerce, poner en limpio el asunto.

Por paganismo entiendo el paganismo helénico, porque es el único paganismo culturalmente tal.

El paganismo, como todas las religiones, se divide en tres partes, se manifiesta de tres modos:

Es, primero lo que los alemanes llaman una Weltanschauung, un concepto u opinión del mundo. Circunstancias, unas de orden climático y geográfico, otras, de índole histórica y cultural, dan a cada pueblo un modo común de mirar el mundo, un sustrato ideativo común, sin el cual no podrían constituir un pueblo, ni vivir en sociedad. Esta mentalidad instintiva se manifiesta primordialmente en la religión, fenómeno social que es, de los instintivos, el más (próximo) de la inteligencia, y de los comunes a todos el más íntimo y más profundo. Pero es en la religión instintiva donde se manifiesta: en los ritos, mitos y cultos populares; no en los sistemas metafísicos que se apoyan en esos cultos, ni en las otras formas culturales, poéticas u otras, que el culto conserva.

Esa mentalidad sustancial se revela en las artes en general por la forma preferida; en la literatura por el tipo de imágenes y de metáforas, así como […]

En la metafísica es notable esta […] por los defectos, por las limitaciones. (El caso de Parménides y de la esfera).

Por último y más cubierta todavía, no ya sólo por el factor individual, como en el arte y la filosofía, sino todavía por el factor histórico y civilizacional, esa mentalidad se revela en la política: en el tipo de instituciones, en la forma de la política, en el ámbito y género de vida económica, en la fórmula central de relaciones con los otros estados.

La religión helénica –por causas que no importa aquí averiguar cuáles fueron- es sustancialmente objetivista. Esto quiere decir que, con variaciones secundarias y despreciables en función de las regiones a que se extendió, el paganismo helénico es (primero efecto y después causa mantenedora) de un tipo de mentalidad en que la atención está constantemente, característicamente, dirigida hacia lo Exterior. Y, como la primera característica de lo Exterior es la multiplicidad de los objetos –en lo que se contrapone a la unidad que el individuo encuentra cuando, más introspectivo que observador, considera su propia alma-, la primera manifestación característica de una mentalidad objetivista es el politeísmo.

Hasta aquí, sin embargo, la mentalidad griega está de acuerdo con los pueblos salvajes, que son, apenas con variación de grado y de tipo, «politeístas», porque son objetivistas, dado que la introspección, con valor social como tal, es un producto de cierta duración de vida social, de una sucesión de ya algunas generaciones en que el hábito del reposo y el establecimiento de una casta –sacerdotal u otra- con tiempo para pensar, […]

Hablo, no obstante, del politeísmo de los helenos ya civilizados incluso aun en el inicio homérico de su civilización. Puesto que, civilizados, mantuvieron, afirmándolo cada vez más, su politeísmo, tenemos como seguro que el objetivismo no era en los helenos un fenómeno de infancia social, sino, [como ya desde el principio acentuamos] el tipo de su mentalidad.

Pero el objetivismo se caracteriza por una atención prestada predominantemente a lo Exterior. Un objetivismo educado; esto es, de una sociedad ya constituida con posibilidades culturales, es, por lo tanto, una atención educada prestada fundamentalmente a lo Exterior. Y una atención así aplicada descubre rápidamente y se sustenta en tres distinciones: la distinción entre lo Exterior y lo Interior, la distinción entre la naturaleza y el hombre, la distinción entre el hombre y las fuerzas externas que, tanto a él, como a la Naturaleza, obligan, coaccionan, dominan.

No se diga que el subjetivismo establece también distinciones idénticas.

– Respecto a la teoría de valores, el objetivista, colocando el punto de apoyo de su mentalidad fuera de su propio espíritu, sólo presta obediencia a preceptos […]

El heleno es por eso naturalmente cientista en su metafísica, porque busca siempre la explicación de las cosas en la observación de ellas y en la meditación del principio externo (aire, agua, espacio infinito) que les sea sustancia; es naturalmente esteta en su teoría de los valores externos, porque lo que le interesa en las cosas son ellas relativamente a ellas mismas, y no ellas relativamente a él (de donde se ve que el esteticismo moderno nada tiene de pagano salvo la pretensión y el nombre); y es naturalmente político en su teoría de los valores humanos, porque el punto externo de la política es la sociedad constituida, mientras que el punto interno es el alma consciente. Tales son las características del paganismo helénico.

Cientismo en lo que inteligencia; estetismo en lo que emoción; patriotismo e inercia en lo que criterio de acción para la voluntad: tal es el paganismo helénico en los atributos de su sustancia.

III

La religión cristista, fundamento mental de nuestra civilización, se compone, como fenómeno social, de tres elementos: en su mezcla […] De común esos elementos tienen la morbidez, […]

El primer elemento, de donde deriva la metafísica del cristismo, es el neo-platonismo alejandrino, en aquella forma suya más corrupta y difundida que representan Filón el Judío, y, dentro del propio cristismo, los secuaces de la herejía gnóstica. Mezcla de la tendencia especulativa griega, todavía helénicamente precisa pero ya decadentemente abstracta, con el esoterismo cabalístico de los judíos, reforzado todavía, en la metafísica cultural, por el elemento mitraico y el propio esoterismo que desbordó de los misterios paganos, la sustancia metafísica del cristismo es una amalgama de corrupciones de la inteligencia, a la que sólo la tradición del raciocinio griego dio una cierta estabilidad doctrinaria, y el ritualismo mitraico una cierta sugestión popular.

El segundo elemento, de donde deriva la moral del cristismo, es el monoteísmo estrecho e intolerante, el moralismo farisaico, el mesianismo ya desnacionalizado de los hebreos, corrupto ya por la continua intromisión de elementos orientales, en la secuencia, por cierto, de la tradición orientalizante del espiritismo judaico.

El tercer elemento, de donde deriva […]


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